martes 10 de diciembre de 2024 Edición Nº2197

Género | 11 nov 2024

“Exiliadas en búsqueda de Derechos” la sensibilización de la política alumbrando la memoria.


Mara Rivadeneyra, Fabiana Gutierrez y Pamela Rodriguez nos proponen en la presentación del proyecto de Ley de “Reparación histórica para mujeres trans mayores de 40 años” accionar desde la profundización en la legitimidad social. En este sentido las presencias con historias de ausencia nos interpelan a la hora de pensar  las instituciones,sintetizando en una definición política y compromiso de la secretaría de género y divero, de recuperar las narrativas que nos constituyen como pueblo, que no es más que reconocernos en cada momento histórico e integrarnos a la lucha de cada uno de nosotres.
La jornada de presentación del proyecto de Ley la habitamos convencidas que el camino es hacia la reparación histórica, con legitimidad hacia la legalidad, convencidas que la responsabilidad política e institucional en este momento histórico es poner en agenda la democracia y sus aristas, es comprendernos desde la diversidad, es poner en el centro la memoria, es construir redes con otres, es transitar hacia una sociedad que nos incluya a todes, es ponernos en crisis y renovar las miradas de cuidado para aprender colectivamente como habitar esta existencia.
Compartimos el escrito de Iris y Ofelia Agorio (hermanas de Nelson Agorio, detenido desaparecido y asesinado el 29 de marzo de 1976. Querellantes de la causa La Pastoril. Ofelia es miembro de la Mesa por la Memoria de Baradero) que con tintes poéticos describe perfectamente las sensaciones que transitamos en la jornada, o eso mismo que es hacer carne la política.
“Todavía resuenan las vibraciones en mi cuerpo. En el auditorio de ATE de La Plata, un lugar de los trabajadores, decorado con los rostros de les compañeres detenidos desaparecidos y los pañuelos blancos, este viernes 8 de octubre se hizo la presentación del proyecto de ley de reparación por los apremios ilegales, delitos de lesa humanidad, sufridos por las compañeras del colectivo travesti trans en dictadura y también en democracia.
Porque el estado de derecho no les llegó con la democracia a las compañeras del colectivo, que siguieron y en algunas provincias de nuestro país aún siguen siendo víctimas de apremios ilegales, por el hecho de pertenecer a un género determinado. Son violaciones a los derechos humanos bajo todas las definiciones.
No se por donde comenzar el relato, ni como describir lo sucedido, todo lo que diga va a ser insuficiente. En primer lugar, entrar al auditorio y ser recibidos con tanto afecto por les compañeres, ver a Claudia José, compañera de ATE Baradero, radiante de satisfacción por este importante paso en la lucha.
Todo estaba prolijamente preparado y cuidado, el café, el sonido, las sillas, la pantalla, les compañeres. Hubo muchos oradores, pero ninguno dijo una palabra de más, era como un coro afinado de voluntades y decisión, de respeto, de necesidad de reparación y construcción de una
realidad diferente.
La presentación estuvo llena de contenido, de conceptos, de definiciones políticas y exposición de ideas debatidas por muchas horas con mucho compromiso y consciencia e internalizadas en los actos, como por ejemplo la preponderancia de las voces y los testimonios de Mara Rivadeneyra, Fabiana Gutierrez y Pamela Rodriguez que expresan tantas voces acalladas y sufrientes.
Cuando ellas tres entraron al auditorio, el aplauso de pie no podía parar, duraba y duraba. Todos, todas y todes necesitábamos manifestar de algún modo el respeto, la admiración el orgullo de saberlas ahí, al lado de todos, todes y todas, pateando la lucha de la calle, de la justicia, de los derechos, de la vida. Como esa emoción que nos deja el grito por los 30000,que son 30400 y que hacen vibrar a nuestra piel y nuestros entrañas fuerte y profundo.
Las palabras de les compañeres de ATE me dejaron sorprendida, por la precisión conceptual y por la claridad de objetivos, ahí no se olfateó ningún personalismo. Pero escuchar de la voz de Pamela y Fabiana relatar un girón de sus historias, un botón de muestra de una vida tan cargada de maltrato por parte del estado, y de la sociedad civil cómplice, que es casi imposible imaginar cómo es que pueden hacer esas compañeras para seguir poniendo el cuerpe ahí en ese testimonio una y otra vez.
Escuchar a Mara, su ternura, su dignidad, me hicieron imaginar que los valores de los 30400 estaban encarnados en esos sonidos, en esas palabras, asertivas, amorosas, determinadas, sin lugar a duda revolucionarias. Con muy buen criterio ATE la nombró directora de diversidades de la secretaría de género del gremio, un espacio que no existía, fue creado y por primera vez liderado por una mujer trans. Ella ya nos contará qué desafíos la esperan y como necesita que la acompañemos.
Matías Gómez, un joven abogado oriundo de Pergamino, trabajador del estado en Santa Fe, abogado de derechos humanos, creador del proyecto, narró el proceso que se inició en 2016, sus aprendizajes, y fundamentalmente lo que implica en la vida de las compañeras que han tenido cercenados sus derechos por tantos años. Escucharlo fue una experiencia difícil de transmitir, por los aluviones de esperanza, como si les dijera estar en una falla espacio temporal donde el reino del revés existe. Él nos llevó de la mano a entender que las compañeras no tuvieron derecho a la educación, ni a la salud, ni a un trabajo digno.
Cuando estaban enfermas con fiebre y acudían al hospital, en algunos lugares llamaban a la policía y las ponían en un calabozo por 60 o 90 días. Fueron echadas de las instituciones educativas por el hecho de ser travestis, alejadas de la posibilidad de ocupar un puesto de trabajo acorde a sus capacidades y saberes por el mismo motivo. No tenían ni derecho a circular libremente por nuestras calles. Esas violaciones a los derechos humanos fueron en
dictadura y también en democracia.
El proyecto de ley que acerca el gobernador Kicillof al congreso de la Provincia de Buenos Aires pide una pensión para aquellas que ha sufrido apremios ilegales y además cobertura de salud. Derechos básicos.
Nuestra tarea como militantes de DDHH es entender y difundir ese proyecto, hacer conocer estas historias de lucha y de dignidad, y repararnos un poco todos, todas y todes como sociedad, como colectivo, ante tanto discurso de odio y exclusión. Tenemos el privilegio de tener a Mara en nuestra comunidad, ojalá consigamos estar a la altura de las circunstancias.
Para cerrar, Pablo Llonto nos abrazó con su sabiduría y nos invitó a seguir actuando y trayendo los DDHH a cada rincón de nuestra vida social, crear redes, difundir estos relatos tan veraces y genuinos que desarman los discursos peor intencionados.
A los que cometieron apremios ilegales los buscaremos a donde vayan, y el grito de los 30400 presentes coronó la mañana de primavera que vivimos en esa casa de los trabajadores del estado de la Provincia de Buenos Aires.
Y finalmente nos encontramos los baraderenses que acompañamos a Mara Rivadeneira, Claudia José, Cecilia Silva, Daniel Ravettino, Lucas Longo, Iris y Ofelia Agorio en un abrazo y foto que nos llenó de energía.”

A les compañeres de la diversidad la historia Argentina les debe, mucho más de lo que podríamos imaginar, nosotras con responsabilidad colectiva, asumimos la construcción social del cuerpo con elles, donde cargaremos las banderas, no solo para que duela menos disputar lugar en la existencia, si no, para que desde el rol que ocupamos cada una a lo largo y ancho de la provincia de Buenos Aires, exista una reconstrucción de la narrativa
donde realmente estemos representades

OPINÁ, DEJÁ TU COMENTARIO:
MÁS NOTICIAS